Los precios de las vacunas contra el coronavirus eran uno de los secretos mejor guardados hasta que una ministra belga los ha revelado. En medio de un agitado debate parlamentario ha publicado un tweet en el que destapaba la verdad. Aunque lo borró media hora después arrepentida, de nada le ha servido puesto que la captura del mensaje ya había circulado por la red.
Eva De Bleeker, secretaria de estado de presupuestos de Bélgica, es el nombre de quien ha sembrado la discordia. Tras publicar en su perfil de Twitter una lista con los precios de las vacunas adquiridas por la Unión Europea, ha provocado la protesta de farmacéuticas. Por su parte, la Comisión Europea en medio de este bochornoso escándalo, ha ejercido un papel negociador con los fabricantes.
Los precios de las vacunas
Los datos reflejan la gran diferencia de precios que hay entre los distintos tipos de vacunas, que van desde los 1.78 euros por dosis hasta los 14.68 euros.
Las más caras son las dos que están más avanzadas. De esta manera, la vacuna norteamericana Moderna cuesta 14.68 euros por dosis y Pfizer/BioNTech sitúa el valor por dosis en 12 euros. En ambos casos son necesarias dos dosis para completar el efecto de estas vacunas.
Por el contrario, las más baratas son la de Oxford/AstraZeneca, por la que la Unión Europea pagará 1.78 euros y con un precio medio destacan: Johnson & Johnson (6.93 euros), Sanofi/GSK (7.56 euros) y Curevac (10 euros).
La diferencia de precios entre los distintos tipos de vacuna se explica a causa de las diferentes tecnologías empleadas en su fabricación, estrategia comercial o por las fórmulas que busca cada fabricante para rentabilizar sus materiales.
Por su parte, Eva de Bleeker ya se ha disculpado: «Quería ser transparente, tal vez un poco demasiado transparente».
Los hechos se produjeron la semana pasada en medio de un largo debate parlamentario en el que la oposición le recriminaba la falta de medios empleados por su administración para comprar vacunas. Para responder a tales acusaciones, divulgó la lista de precios, una información reservada por una cláusula de confidencialidad. Por ello, la publicación del tweet enfureció a las farmacéuticas.
La Comisión Europea (CE), quien ha ejercido un papel negociador con las empresas de los 27 estados miembros, señala que esta confidencialidad no sólo beneficia a las farmacéuticas sino que, también a los ciudadanos europeos. “Si esta información se hiciera pública, debilitaría la posición negociadora de la CE”, añadió el portavoz de la CE.