Reino Unido se ha convertido en el primer país del mundo en autorizar la vacuna de la Universidad de Oxford y del grupo Astrazeneca. Una decisión que el país ha tomado por adelantado con el fin de frenar una posible tercera ola de la pandemia junto a la ayuda de Pfizer, la vacuna que ya están suministrando.
Estos hechos se han producido en un momento de tensión para Reino Unido, quién está luchando contra la nueva variante del virus, altamente contagiosa. De esta forma, el país británico registró ayer 53.135 contagios por COVID-19. Este es un nuevo máximo diario desde el comienzo de la pandemia.
La cifra está bastante por encima del anterior récord diario que registró el país: cerca de 41.200 casos registrados el pasado lunes.
«El Gobierno ha aceptado hoy la recomendación de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) para autorizar el uso de la vacuna Covid-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca», ha manifestado el ministro de Sanidad británico. Asimismo, ha asegurado que la decisión «llega tras unos ensayos clínicos rigurosos y un análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos de la MHRA, que han concluido que la vacuna cumple sus estrictos estándares de seguridad, calidad y efectividad».
Esta es una vacuna que se conserva en frigorífico, por lo que se puede distribuir a través de los mismos canales que las otras vacunas, excepto Pfizer y Moderna que necesitan unas temperaturas más extremas.
Reino Unido considera seguro su uso
El país británico debe vacunar a dos millones de personas a la semana para conseguir que los hospitales no colapsen ante una tercera ola de la pandemia, de acuerdo con un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Por su parte, AstraZeneca y otras farmacéuticas han informado que están estudiando la repercusión de la nueva variante del virus. No obstante, esperan que las vacunas sean igual de eficaces contra ella.
Esta decisión, ha sido tomada tras la polémica que ha surgido en torno a AstraZeneca y el equipo de Oxford, quiénes han sido acusados de falta de claridad en los resultados de los ensayos en la fase avanzada de la vacuna.